En el Renacimiento el hombre recupera su protagonismo como primer objeto artístico, según la tradición grecorromana. El hombre es la obra más perfecta de Dios. Se recupera el retrato y la naturalidad sin hieratismo, de la mano de la nueva burguesía.
Se pinta la figura humana, independientemente de lo que represente, virgen o cortesana, Apolo o Cristo, lo que importa es la figura humana. El tema interesa poco, pero sí lo bello frente a lo representativo.
5 comentarios:
no sale ninguna buena informacion
Es verdad,debe ser mas completo mas imagenes y que se entienda bien..
vale verga
Que grosero
Iluminalo/a señor
popo de informacion
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